Teníamos muchas ganas de hacer esta ruta. Llevábamos tiempo planificándola y sobre todo buscando información para saber si podíamos hacerlo con los niños. Si me preguntas si es una ruta complicada para los más peques, no sabría muy bien que decirte. Desde luego yo no lo haría con un niño que no caminara bien y seguro. Tampoco lo haría con mochila portabebés, pero sinceramente, depende mucho más de los padres que de los niños. Por qué te digo esto? Porque yo he visto a padres atascarse en ciertos lugares y tener casi más miedo que sus hijos y esa inseguridad al final se traduce en caídas, accidentes..
Lo que sí puedo aconsejarte es que hagas la ruta con buen calzado, calzado de montaña. Puede que pienses que si vas a la playa, unas chanclas o unos escarpines son suficientes, pero el camino por la montaña tiene tramos bastante escarpados. Yo lo hice con zatapillas de paseo y me dí algún que otro resbalón.
Otra cosa que a lo mejor te preguntas es si se puede llevar los trastos para comer allí abajo. Nosotros, que pensábamos bajar, ver el sitio y subir a comer a la playa, no nos llevamos ni los bocadillos, pero luego la cueva es bastante amplia y no demasiado incómoda ( bueno, es una cueva, tampoco se le puede pedir mucho jejeje ) y vi neveras y creo que hasta mesas de playa!! así que todo es hacerse el ánimo.
Al camino de subida se accede por la zona de Les Rotes,en Denia. Al principio empieza en calzada ancha y cómoda durante por lo menos 10 minutos ( la verdad es que soy malísima calculando tiempos jejeje)
Todo el camino transcurre al borde de un acantilado y las vistas de las diferentes calas invitan a volverse, la verdad, y meterse de cabeza en esas aguas tan transparentes y azules.
Las vistas son impresionantes y si gusta el paisaje montaña-mar, este sin duda lo disfrutarás muchísimo.
Aquí se acaba la parte cómoda y empieza lo divertido de verdad. Caminito de cabras...
Esta es otra de las zonas complicadas para los niños, inclinada y un pelín escarpada.
Y seguimos con las ganas de meternos de cabeza en el mar... porque, por cierto, hacía bastante calor.
Este es otro de los momentos que pueden parecer complicados. Es una superficie muy inclinada y la cadena está ahí para que te agarres, pero casi que provoca más efecto que otra cosa. A la vuelta, ni la tocamos, pero bueno, para los niños viene bien. Como ves, la rampa acaba directo en el mar, unos cuantos metros más abajo.
A lo largo de la ruta, no pierdas la oportunidad de mirar hacia atrás...
Una vez llegas, toca disfrutar. Como ves, el interior es muy espacioso. Puedes hacer picnic tranquilamente y pasar el día por allí.
Si te agobias, puedes ir a una especie de roca que sale del mar. En esta foto no se ve muy bien, pero había mucha gente tomando el sol.
El mar entra al interior de la cueva y hace como una piscina natural muy amplia. Los niños pueden bañarse, pescar... no tiene ningún peligro, más allá de alguna roca más alta que otra, con la que puedas darte un golpe, pero al menos no hay erizos. De todos modos, yo te recomiendo escarpines.
Esta fue la primera vez que Joan se puso una careta de buceo. Se quedó impresionado. Decía que el fondo del mar era maravilloso, entendía por qué decían que había que cuidarlo y que quería que lo disfrutaran sus hijos y los hijos de sus hijos.
Cuando te asomas a lo que sería el borde de la cueva, ves a la derecha la roca donde la gente toma el sol y enfrente, otra más cubierta por el mar, no llega a salir a la superficie. Eso hace como una pequeña zona de baño, profunda pero de agua tranquila. Esa roca que está justo antes de mar abierto, sí está plagada de erizos, pero si quieres disfrutar del mar con tu careta de buceo, debes llegar a ella y pasar al otro lado. Te encantará!
Estas son fotos de la vuelta. Aquí puedes ver mejor la zona de la cadena que te mostré algo más arriba.
A mí me ha encantado esta ruta. El paisaje que combina montaña y mar es mi favorito. Sencillamente, me encanta y si te animas a ir, se que a ti también te gustará!
Lo que sí puedo aconsejarte es que hagas la ruta con buen calzado, calzado de montaña. Puede que pienses que si vas a la playa, unas chanclas o unos escarpines son suficientes, pero el camino por la montaña tiene tramos bastante escarpados. Yo lo hice con zatapillas de paseo y me dí algún que otro resbalón.
Otra cosa que a lo mejor te preguntas es si se puede llevar los trastos para comer allí abajo. Nosotros, que pensábamos bajar, ver el sitio y subir a comer a la playa, no nos llevamos ni los bocadillos, pero luego la cueva es bastante amplia y no demasiado incómoda ( bueno, es una cueva, tampoco se le puede pedir mucho jejeje ) y vi neveras y creo que hasta mesas de playa!! así que todo es hacerse el ánimo.
Al camino de subida se accede por la zona de Les Rotes,en Denia. Al principio empieza en calzada ancha y cómoda durante por lo menos 10 minutos ( la verdad es que soy malísima calculando tiempos jejeje)
Todo el camino transcurre al borde de un acantilado y las vistas de las diferentes calas invitan a volverse, la verdad, y meterse de cabeza en esas aguas tan transparentes y azules.
Las vistas son impresionantes y si gusta el paisaje montaña-mar, este sin duda lo disfrutarás muchísimo.
Aquí se acaba la parte cómoda y empieza lo divertido de verdad. Caminito de cabras...
Esta es otra de las zonas complicadas para los niños, inclinada y un pelín escarpada.
Y seguimos con las ganas de meternos de cabeza en el mar... porque, por cierto, hacía bastante calor.
Este es otro de los momentos que pueden parecer complicados. Es una superficie muy inclinada y la cadena está ahí para que te agarres, pero casi que provoca más efecto que otra cosa. A la vuelta, ni la tocamos, pero bueno, para los niños viene bien. Como ves, la rampa acaba directo en el mar, unos cuantos metros más abajo.
A lo largo de la ruta, no pierdas la oportunidad de mirar hacia atrás...
La otra parte complicada es el acceso a la cueva. Para bajar, tienes otra cadena y debes tener cuidado con los niños. Se puede hacer, piensa que el más pequeño del grupo tenía 5 años, pero lo llevábamos bien de la mano.
El mar entra al interior de la cueva y hace como una piscina natural muy amplia. Los niños pueden bañarse, pescar... no tiene ningún peligro, más allá de alguna roca más alta que otra, con la que puedas darte un golpe, pero al menos no hay erizos. De todos modos, yo te recomiendo escarpines.
Esta fue la primera vez que Joan se puso una careta de buceo. Se quedó impresionado. Decía que el fondo del mar era maravilloso, entendía por qué decían que había que cuidarlo y que quería que lo disfrutaran sus hijos y los hijos de sus hijos.
Cuando te asomas a lo que sería el borde de la cueva, ves a la derecha la roca donde la gente toma el sol y enfrente, otra más cubierta por el mar, no llega a salir a la superficie. Eso hace como una pequeña zona de baño, profunda pero de agua tranquila. Esa roca que está justo antes de mar abierto, sí está plagada de erizos, pero si quieres disfrutar del mar con tu careta de buceo, debes llegar a ella y pasar al otro lado. Te encantará!
Estas son fotos de la vuelta. Aquí puedes ver mejor la zona de la cadena que te mostré algo más arriba.
A mí me ha encantado esta ruta. El paisaje que combina montaña y mar es mi favorito. Sencillamente, me encanta y si te animas a ir, se que a ti también te gustará!
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